Quiénes somos

Cuando era niño jugaba a Age of Empires mientras cantaba temas de Queen o de Sting, estudió para ser intérprete compaginándolo con su amor por la música, la guitarra, la batería y el bajo, y todos los instrumentos musicales.

Trabajó como profesor de inglés y español, pero luego el chino y el japonés le fascinaron con sus símbolos y las bandas de metalcore, pues jugar al Final Fantasy fue un buen empuje.

Después de unos años investigando, decidimos pasar un tiempo en la hermosa ciudad de Barcelona. Siempre habíamos percibido un vínculo con esta ciudad, una especie de atracción hacia su arquitectura modernista y ese sentido de plenitud que te brinda estar donde siempre has querido. Empezamos a explorar. Elisa es artista, por lo tanto visitamos muchas galerías para promover su obra. Marco es un eterno estudiante de idiomas y de música, con un par de cositas que se habían quedado sin resolver tras marcharse de la ciudad después del Erasmus. Así que volvimos durante algunos meses, y pasamos una buena estancia aquí.

Cerramos alguna cosas que se habían quedado pendientes, aclaramos nuestras mentes y el cambio que llevábamos tiempo buscando apareció en nuestro camino. Un verano de locos encontramos a un pirata que nos enseño como se fabrica un handpan.

Para nosotros fue como una señal. Marco se acuerda de cuando escuchó el sonido hipnótico de una handpan, un verano en el Parque de la Ciutadella mientras los Barnakustica tocaba bajo la Glorieta. Elisa, ella es la soñadora y guía con quien compartir la vida.

Barcelona y el handpan están estrechamente unidos, un lazo invisible que hace de Barcelona una ciudad aún más mágica. Y después de que el pirata nos enseñó el mapa de nuestro país de Nunca Jamás, supimos que era lo que teníamos que hacer, lanzarnos en este cambio que nos aterra, pero que es lo que hay que hacer.

Y aquí estamos, juntamos todo lo que somos y lo fusionamos para crear HaganeNoTe Handpan.

(La historia es mucho más divertida, con locos y borrachos en el Raval, largos paseos hacia Mordor y en la Barceloneta, parkour en skateboard, molinos de viento y comilonas de calçots).