Nuestros Handpans
Cómo Trabajamos
Las chapas
Cada chapa es un mundo. Nunca hay dos iguales. Los misterios de la física hacen su trabajo en los hornos de nitruración, y cuando las chapas llegan a nuestro taller siempre pasa este momento de reflexión cuando pensamos como tratarlas. Pero luego se hacen familiares, y las machacamos con los martillos para sacar notas de ese misterio de la física.
Un Antiguo Libro
¿ Y luego qué pasa?
Una vez que las notes están todas y el sonido es guapo, Elisa dibuja en las chapas sus originales y maravillosas gráficas. Le encanta porque ya no hay muchas rocas egipcias que puede usar como lienzo, están todas en museos y mejor no intentar dibujar en ellas. Pero te puedes quedar dormido bajo los frisos del Partenón, nadie se va a dar cuenta.
Una fiesta de despedida
Una vez que los grabados están hechos, y con las notas bien afinadas, nuestros handpans se marchan del taller para alcanzar a sus nuevos dueños. Antes de vender nuestro primer instrumento, nunca pensaríamos que fuese como regalar un trozo de nuestras almas. Para seros sinceros, vivimos de esto, es nuestra profesión, pero a cada handpan le damos un nombre, despidiéndonos de una creación nuestra. por esta razón nos gusta quedar en contacto con nuestros Clientes, porque no estas comprando una chapa de hierro, sino adoptas a un miembro de nuestra familia.
Los grabados
Tatuar el acero
Elisa sigue teniendo la costumbre de dibujar cada día, siempre lleva consigo un cuadernito donde apunta sus inspiraciones. Cuando la chapa está lista, es el momento de grabar. Es un trabajo lento y delicado, el acero es duro y no hay margen de error. Es como tatuar en la cara de alguien. Bueno, en este caso do se pueden hacer errores, un handpan se puede arreglar, per no nos gusta equivocarnos.
Nuestra inspiración
Cada grabado es único. Cada instrumento tiene una personalidad propia, no hay dos gráficas idénticas. No es como entrar borracho en un estudio de tatuadores y pedir que te pongan un tigre o un escorpión en el brazo. Nuestros dibujos nacen de la nada y se transforman en animales fantásticos, como los que aparecen en los bestiarios medievales o en ese libro Voynich. Son paisajes donde los elementos se mezclan, aire y agua, tierra y fuego. En esta fragua armoniosa, nada desaparece, sino se convierte en una nueva y maravillosa unidad.